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100 |
_91027 _aNavascués Palacio, Pedro |
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245 | 1 | 3 |
_aEl Camino de Santiago _c/ P. Navascués Palacio |
250 | _a3ª ed. | ||
260 |
_aMadrid _b : La Muralla _c, 1986 |
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300 | _a38 p. | ||
505 | _uhttps://oa.upm.es/7059/ | ||
520 |
_aCuando las apacibles lluvias de abril penetran en la sequedad de marzo y calan en las entrañas de la tierra... , cuando las avecillas impulsadas por la naturaleza entonan sus armoniosos cánticos, ha llegado el momento tan anhela. do por la gente para emprender peregrinaciones y visitar remotos países y célebres santuarios.» Así comienza Geoffrey Chaucer (1340-1400) sus famosos «Cuentos de Canterbury », que no son sino una serie de narraciones que, para hacer más grato el camino hasta Canterbury, van exponiendo los diferentes miembros de un grupo de peregrinos devotos de Santo Tomás Becket. La alusi6n a la primavera, como· tiempo especialmente propicio para realizar la peregrinación, es el primer dato a tener en cuenta antes de ponerse en camino, sea cual fuere la dirección escogida. En esta ocasión no se trata de ir al sepulcro del mártir inglés, sino al del apóstol Santiago, que la tra. dici6n ha localizado en un pequeño lugar de Galicia, en el Campo de la Estrella (Campus Stellae) es decir, en la actual Compostela. _uhttps://oa.upm.es/7059/1/11112089.pdf |
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_9968 _aCamino de Santiago |
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_uhttp://dspace.infodocu.lbd.org.es/xmlui/handle/123456789/552 _yRecurso electrónico(PDF) |
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_2ddc _cLIBRO |
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999 |
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